Lo más característico del Alamosaurus es su cuello, extremadamente largo, y sus patas delanteras, cuya longitud indica que andaba a cuatro patas. Este dinosaurio vivía en grandes manadas por el sur de Norteamérica. Se calcula que sólo en Texas pudo haber 350.000 ejemplares al mismo tiempo. Cuando carnívoros como el Tyrannosaurus le atacaban, se defendía golpeando con su larga cola terminada en un látigo, de la misma forma que el Diplodocus, o también se podían defender irguiéndose sobre los cuartos traseros y golpeando con las garras de las patas delanteras. El Alamosaurus permanecía cerca de las riberas y los lagos, para beber agua, pues este animal necesitaba 600 litros de agua diarios, y también para defenderse, aunque no podía adentrarse mucho en el agua, pues la presión le habría impedido respirar. El Alamosaurus tenía los dientes de la parte frontal de sus maxilares en forma de espátula. Se cree que se alimentaba de plantas acuáticas sumergiendo el hocico y arrancándolas a grandes pedazos. También se alimentaba de plantas como las palmeras.